
Te escribo esta carta con el deseo de apartar la oscuridad de tus pensamientos y la tristeza de tu corazón.
Me llamo dayi y vivo en el cielo junto a otros niños y niñas que como yo estuvimos muy poco tiempo con nuestra mamá y con nuestro papá.
Me han encargado que escriba esta carta para ti con la esperanza de que llegue a tiempo a tu vida y para que vuelva la paz a tu corazón.
Es una carta de amor para ti mamá, para ti papá que esperabas mi llegada. Enseguida me fuí, estuve un tiempo muy corto. Ahora te haces muchas preguntas, todo el tiempo buscas una causa y un por qué.
Estas llena de miedo y desesperanza.
Nunca me verás crecer. Ni transformarme en un niño o en una niña, en un joven o en una joven. No me podrás abrazar ni amamantar, ni mecer, ni contarme nanas, ni llevarme de tu mano.
Un oscuro silencio te va rompiendo por dentro, no encuentras respuesta, no hay esperanza.
Te desesperas viendo a tantos bebés, los ves a todos tan saludables en brazos de su mamá o en brazos de su papá.
No te sientas culpable, porque tú no eres la dueña de la vida ni de la muerte. Háblame y te enviaré un mensaje secreto entre tú y yo. Volverás a sentir sosiego y esperanza. espiga, en aquella piedra, en la luz del atardecer, en el amanecer, en la sonrisa, en el abrazo. También te acompaño y estoy a tu lado cuando lloras. a punto de responder, te llega el miedo, te aparta de mi y no nos podemos comunicar porque el miedo y la desconfianza son las peores interferencias en la comunicación con el cielo. Estoy fuera del tiempo y por eso puedo acompañarte siempre, como un suave susurro te envío un mensaje secreto y estoy a tu lado, escúchame, estoy aquí. En el cielo hablamos otro lenguaje y algunos mensajes te parecerán extraños y misteriosos. responderé. |